Las tuberías de plástico reforzado con vidrio o plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV) son cada vez más empleadas en las distintas aplicaciones de conducción de agua como saneamiento, abastecimiento, riego o usos industriales, debido a sus propiedades y características. Esto supone una mejora en muchas de las características que los sistemas de conducción de agua, lo que repercute en una mejora en el servicio y, a la larga, en el nivel de vida.
Los tubos de PRFV están constituidos por distintas capas o componentes, cada uno con una función específica. Las materias primas básicas con las que se fabrican son resina de poliéster insaturado, fibras de vidrio y cargas inertes. Cuando se fabrica del tubo, la resina de poliéster se solidifica y forma enlaces químicos tridimensionales. Por ello, el PRFV es un plástico termoestable, que conserva su estabilidad dimensional en un medio caliente.
Las ventajas de las tuberías de PRFV son las siguientes:
– Material resistente a la corrosión. Este tipo de tuberías tiene una larga vida útil de servicio. Además, no precisa revestimientos u otros medios de protección contra la corrosión como recubrimientos, protección catódica o envolturas. Tampoco requiere estudios o mediciones de corrosión y los costes de mantenimiento son bajos. También cuentan con la ventaja de que sus propiedades hidráulicas se mantienen constantes en el tiempo.
– Peso ligero. Su peso es de una cuarta parte en comparación con el del acero o el hierro en fundición, lo que facilita y abarata su desplazamiento. Si lo comparamos con el hormigón, las tuberías de PRFV pesan una décima parte que éste. Es un material que nos ofrece la posibilidad de anidar tubos, con los consiguientes ahorros sustanciales en el coste del transporte. Emplea piezas fáciles y económicas de instalar, por lo que no necesita equipos pesados de manipulación.
– Buenas propiedades hidráulicas. La superficie interior lisa hace que haya muy escasas pérdidas de carga por fricción. Esto hace que sea necesaria menor energía de bombeo y que se reduzcan los costes de funcionamiento. Si realizamos la comparación con los tubos de hormigón o metal, observamos que se puede alcanzar la misma velocidad de flujo con tubos de PRFV de menor diámetro. Los bajos índices de acumulación de lodos ayudan a reducir los costes de limpieza. También, debido a su baja celeridad de onda, se reduce en costes cuando hace falta efectuar diseños especiales para presiones altas y sobrecargas de presión por golpe de ariete.
– Sistema de juntas. Las tuberías de PRFV permiten uniones de precisión estancas, eliminan infiltraciones y exfiltraciones. En cuanto a los manguitos, juntas laminadas y bridas, tienen una gran facilidad de acoplamiento y acortan, por lo tanto, el tiempo que hay que dedicarle a la instalación. Además, el diseño permite pequeños cambios de dirección en la línea sin necesidad de accesorios o ajustes diferenciales.
– Condiciones flexibles. La flexibilidad del material PRFV hace posible que soporte un aumento de presión por golpe de ariete de hasta el 40% de la presión de diseño sin necesidad de aumentar la clase de presión del tubo. Las tuberías fabricadas con este material se pueden emplear en profundidades elevadas de enterrado con distintos tipos de suelo. Es resistente a las cargas sísmicas, tiene una alta capacidad de absorción de asentamientos estructurales y permite realizar ajustes en campo, ya que el tubo se puede cortar ‘in situ’.
[hs_action id=»14753″]