Llamamos emisarios submarinos a las conducciones subacuáticas que se emplean para el traslado de aguas residuales a las que se ha tratado previamente, como medio de captación de agua de mar y para la conducción de aguas saladas.
Entre sus principales características están que son flexibles, que funcionan a presión y que tienen un gran diámetro y longitud.
Las tuberías flexibles de polietileno (PE) presentan grandes ventajas en la construcción de emisarios submarinos. Este tipo de conducciones permiten el suministro rápido en barras de 13 a 15 metros de longitud, permite la ejecución de largos tramos en tierra y es un material con gran resistencia a la corrosión del agua de mar.
Debido a los pequeños radios de curvatura que admite, los condicionantes que introduce en las maniobras de remolque y fondeo son menores que en otros materiales. Además, la posibilidad de montar tramos largos en tierra, hace que se reduzca el número de uniones necesarias en el fondo del mar.
Las tuberías flexibles de PE también gozan de un buen comportamiento hidráulico, ya que hablamos de un material con baja rugosidad. Por añadidura, la vida útil es amplia, puesto que la adherencia en sus paredes interiores es reducida.
En España y Portugal se ha difundido el uso de una enorme variedad de emisarios submarinos, sobre todo en las últimas décadas, y en muchos casos se ha empleado para ello polietileno de alta densidad (PEAD).
La soldura a tope ha sido la principal técnica para la construcción de tramos largos en la orilla. El transporte se ha efectuado por superficie y su hundimiento de forma controlada y en forma de ‘S’.
El hecho de que los emisarios submarinos sean flexibles tiene su base en la alta capacidad que tiene el PE para deformarse y para relajar sin tensiones, todo ello sin peligro de rotura. Esto es fundamental en un medio como es el marino, en el que se realiza el traslado de líquidos en condiciones de inestabilidad y bajo el efecto de corrientes marítimas y oleaje.
Además de la flexibilidad, el bajo peso de las tuberías de PE en comparación con otros plásticos tiene las siguientes ventajas:
- Facilita la instalación, y con uniones mecánicas, que garantizan la continuidad estructural del emisario en la dirección longitudinal, es posible conectar tramos de gran longitud.
- El transporte de tramos largos en flotación hasta el punto de fondeo es sencillo.
- La rapidez con la que pueden efectuarse los trabajos de fondeo controlado en forma de ‘S’, a gran profundidad, sin necesidad de preparar antes el lecho submarino.
Para el almacenamiento de tubos de PE es imprescindible limpiar el terreno de acopio y evitar que entren en contacto con piedras o elementos punzantes. El suministro de tuberías suele efectuarse en barras de 12 a 15 metros de longitud, por cuestiones de capacidad de transporte terrestre. Una medida de seguridad recomendada es que los tubos no se sujeten por los extremos para manipularlos; al menos se deberá soportar el 50% de su longitud en la zona central. También hay que olvidarse de manipular tubos utilizando cables o cadenas metálicas, ya que podrían dañarlos.
Lo aconsejable es que los tramos largos de un emisario se construyan lo más cercanos posibles del mar, aunque protegidos de las condiciones de éste. Hay que prever que haya espacio suficiente para el acopio de tubos y para los lastres de hormigón. Lo habitual es emplear rampas de tubería soldada y con lastres apoyados en carriles metálicos. Antes de contar con las condiciones propias del mar para empezar el hundimiento, los tramos largos requieren siempre de una zona protegida en el agua para su estacionamiento.
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