La discusión sobre la contribución de los termoplásticos a la sostenibilidad del medioambiente parece cada vez más superada, demostrado ya que requiere menos recursos para su fabricación y que en su gran mayoría es reciclable.
Sin embargo, queremos fijarnos en uno de los más difundidos, el policloruro de vinilo (PVC), para tratar de averiguar si las tuberías fabricadas con este material son las más respetuosas con el medioambiente.
En primer lugar hay que destacar que el PVC contribuye de forma directa al desarrollo sostenible de la sociedad moderna, puesto que las conducciones ofrecen soluciones sostenibles para la gestión del ciclo integral del agua.
«Son capaces de transportar el líquido con destino para el consumo humano durante toda su vida útil».
¿Que ventajas ofrece el PVC?
- Para su fabricación y su transformación, en función de los distintos usos que a los que vaya dirigido, el PVC consume menos recursos agotables y energía que otros materiales.
. - En comparación con otros materiales, su uso implica un considerable ahorro energético y un menor nivel de las contaminantes emisiones de dióxido de carbono (CO2).
. - Las tuberías de PVC, al igual que el resto de productos fabricados con este termoplástico, son 100% reciclables, tanto en términos físicos como químicos. A partir de ellos se fabrican nuevos productos. Además, los procesos de reciclaje no alteran las propiedades físico-mecánicas del material. Esto supone un ahorro considerable en materias primas y en energía.
. - Las tuberías de PVC son más ligeras que otras que se empleaban tradicionalmente, como las de acero galvanizado o cobre. Eso implica que su transporte en vehículos grandes es menos costoso y que deja menor huella contaminante en el planeta.
. - Además de una sobresaliente relación calidad-precio, las tuberías fabricadas en este termoplástico presentan una larga vida útil, ajena a averías, mantenimiento o reparaciones sucesivas. Se estima que su funcionamiento se mantiene inalterable durante más de 50 años.
Gracias a procesos de selección, trituración y lavado se logra un nuevo material que ya está listo para su posterior transformación en una segunda vida útil.Los procesos de reciclaje del PVC han evolucionado hasta convertirse en totalmente limpios. Además de ello, no generan residuos. Las estimaciones dicen que, desde 2002 hasta ahora, en Europa se han reciclado más de 800.000 toneladas de PVC. Aunque existen otros métodos, el tipo de reciclaje mayoritario en este momento es el mecánico.
Hay que tener en cuenta que el PVC se usa, sobre todo, en aplicaciones de larga duración, lo que significa que no hay un problema de inmediatez en la producción del residuo como sí puede ocurrir en otro tipo de materiales.
Por ello se pueden poner en marcha con previsión planes de gestión del residuo a largo plazo. En este aspecto, el reciclaje del PVC no difiere demasiado del reciclaje de vidrio y metales.
La concienciación de la industria y de los gobiernos con el cuidado del medioambiente ha hecho que se hayan firmado numerosos acuerdos para contribuir a la recogida de los residuos post-consumo de PVC. En el año 2000 se alcanzó el acuerdo llamado ‘Vinyl 2010’, un compromiso voluntario de la industria europea para la gestión de residuos.
En 2003 se puso en marcha la entidad Recovinyl, que vela por el reciclaje otorgando incentivos financieros. Engloba a 14 países, entre ellos España. En 2007 se fue incluso un paso más allá con la creación de ‘Fundación Vinyl’, que sirve para financiar las actividades realizadas dentro del acuerdo Vinyl 2010.
