Hace algunos años, los técnicos municipales de un pueblo de EEUU detectaron que subía el nivel del agua en su red de saneamiento a una hora determinada. Después de analizar el caso llegaron a la conclusión que este hecho ocurría inmediatamente después de terminar en TV la serie de Perry Mason. (De los periódicos).
Definición y objetivos del Saneamiento
En sentido amplio podríamos definir el Saneamiento como “el conjunto de instalaciones destinadas a recoger las aguas residuales, transportarlas, depurarlas y verterlas para devolverlas al medio natural”
En la propia definición del Saneamiento se citan los objetivos principales:
• Recoger las aguas residuales en el punto donde se generan.
• Transportarlas mediante canalizaciones, bombeos e impulsiones si fuera preciso, hasta las instalaciones de tratamiento.
• Depuración de las aguas para eliminar la mayor parte de la contaminación que ha añadido al agua en sus diferentes usos.
• Vertido final, al medio hídrico al terreno de tal manera que no se dañe el propio recurso ni el medio ambiente.
El principal componente de las aguas residuales urbanas es el vertido procedente de las viviendas, las oficinas y otras instalaciones comerciales. Los efluentes líquidos procedentes de procesos industriales y de industrias de servicios como las lavanderías normalmente también entran al alcantarillado urbano junto con las aguas residuales domésticas.
La procedencia de las aguas residuales puede ser diversa. Las principales son las siguientes:
• Aguas residuales domésticas
Las aguas residuales procedentes de zonas de vivienda y de servicios generadas principalmente por el metabolismo humano y las actividades domésticas, produciendo los siguientes componentes:
– “Aguas grises”. Agua que se ha utilizado en los baños, duchas, lavabos, en el lavado de la ropa y en el fregado de los suelos.
– “Aguas negras”: agua procedente de los retretes y de las cocinas
• Aguas residuales industriales
Todas las aguas residuales vertidas desde locales utilizados para efectuar cualquier actividad comercial o industrial, que no sean aguas residuales domésticas ni aguas de escorrentía pluvial. Con relativa frecuencia contienen substancias inhibidoras de la depuración, productos tóxicos, metales etc. En algunos casos las substancias pueden ser peligrosas y corrosivas para la red.
• Aguas pluviales
Es de destacar un hecho importante, las aguas pluviales de las zonas urbanas no pueden considerarse aguas limpias. Las primeras aguas de lluvia pueden ser altamente contaminantes debido a la gasolina (plomo o metales pesados) y grasa procedente de los tubos de escape de los vehículos, así como a las normales acumulaciones de polvo y desperdicios. Después de un periodo seco el “primer lavado” de agua procedente de los viales durante una tormenta puede estar altamente contaminado. Incluso por “lavado del aire” en los episodios de contaminación atmosférica también se contamina el agua de lluvia.
En las redes de saneamiento tiene mucha importancia el arrastre de tierras y arenas, no sólo por los depósitos que se forman en los conductos sino por la acción erosiva. Abrasión en las tuberías y elementos de la red.
• Aguas freáticas
La presencia de aguas subterráneas que se han infiltrado en las redes de saneamientos es más frecuente de lo que creemos. La infiltración se produce por falta de estanquidad, por lo que se recomienda encarecidamente que si se construye una red de saneamiento a profundidades tales que pueda estar en contacto con el nivel freático, se extremen las medidas para conseguir unos conductos estancos.
Aunque suelen ser aguas limpias, aumentan extraordinariamente los caudales a depurar y en zonas salobres (cerca del mar) las aguas salinas dificultan la depuración.
>>> Ya empezamos a vislumbrar que la estanquidad o estanqueidad es el parámetro fundamental del saneamiento, cosa que iremos viendo en los siguientes post. ¿Estás de acuerdo?
