Desconocidos para el gran público, los vertederos son una parte indispensable del ciclo de vida de materiales y líquidos en una sociedad moderna como la nuestra.
Un vertedero se compone de un revestimiento inferior, en el que se separa la basura y se realiza el lixiviado de las aguas subterráneas; las llamadas células, que es donde se guarda la basura; los sistemas de drenaje y recolección y la cubierta, que sella e impermeabiliza la parte superior del vertedero.
1. Todo estudio de impacto ambiental para la construcción de un vertedero tiene en cuenta cinco puntos
- La extensión o el área de terreno que se necesita para construir el vertedero.
. - El impacto que la presencia del vertedero causará en el medioambiente y en la flora y fauna locales.
. - La composición del lecho de rocas, que no debe estar fracturado, y del suelo subyacente al vertedero.
. - El flujo de agua que existe en la superficie del área que acogería el vertedero.
. - La estimación del valor arqueológico (e histórico, si fuera el caso) del sitio propuesto.
Una vez realizado el estudio sobre el impacto ambiental, se procede a solicitar los permisos pertinentes antes la administraciones.
2. Los vertederos cuentan con tres sistemas diferentes de drenaje y recolección
Los sistemas de drenaje y recolección de los que se compone todo vertedero son:
- Sistema de drenaje de aguas pluviales, encargado de recoger el agua de lluvia.
. - Sistema de recolección de lixiviados, que recoge el agua que contiene sustancias contaminantes porque se ha filtrado a través del vertedero.
. - Sistema de recolección de metano, que recoge el gas formado durante la descomposición de la basura.
3. El polietileno de alta densidad (PEAD) ofrece un extraordinario rendimiento para la impermeabilización
La geomembrana de polietileno de alta densidad (PEAD), de espesor variable, se usa para impermeabilizar el vertedero, pero además tiene la función de impedir que las aguas lixiviadas contaminadas fluyan hacia el subsuelo, con el consiguiente riesgo medioambiental que ello supondría.
Además, impide la emisión de gases. Se trata de una barrera que, fabricada en este material termoplástico, tiene una larga vida útil e inercia química.
4. Existen cuatro puntos débiles en los vertederos
A pesar de que la normativa es cada vez más estricta y de que los controles de calidad aseguran que los vertederos nuevos cuentan con todas las garantías exigidas, hay cuatro puntos débiles a considerar cuando se pone en marcha una de estas instalaciones.
- La pendiente. Si es excesiva, repercute en una falta de estabilidad.
. - Impermeabilización de la base, que es a veces incorrecta.
. - La gestión de los gases generados por el deterioro de los vertidos.
. - Deslizamiento de la masa de residuos sobre la capa impermeable, en la mayoría de los casos debido a una falta de estabilidad.
5. Los productos que terminan en vertederos tienen un valor de más de 1.000 millones de euros
Más de 1.000 millones de euros es el valor energético que se estima que tienen los productos que terminan en los vertederos en nuestro país. En toda Europa, esta cantidad asciende a los 8.750 millones de euros al año.
En España, se estima que el 54% de los residuos post-consumo de plásticos fueron a parar a vertederos. Nuestro país es el quinto de Europa en cuanto al volumen de residuos plásticos generados (9%), con Alemania en primer lugar del listado (18%).
Algunos países, punteros en el campo del reciclaje, llegan a recuperar ya a día de hoy más del 80% de los residuos que generan.