Los lavadores de gases marcaron un antes y un después en la industria desde su irrupción. Aquellas empresas que operan con maquinaria que emite gases de carácter tóxico pueden, gracias a un lavador de gases, tratar éstos antes de que dejen las instalaciones y se incorporen a la atmósfera.
De esta forma se reducen los peligros medioambientales y se reduce la contaminación, algo sobre lo que cada vez ponen un mayor énfasis las administraciones públicas. El polipropileno (PP) es un material excelente para la fabricación de estos equipamientos debido a sus características, como veremos a continuación.
El uso de un lavador de gases beneficia también a la salud pública y de los propios trabajadores de la empresa, puesto que gracias a ella se impide la aspiración de gases que contienen productos químicos corrosivos. Los gases más comunes y que es capaz de ‘lavar’ son el dióxido de carbono, el sulfuro de hidrógeno, los óxidos de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx).
– Principios de Acción –
Los cuatro puntos de acción de un lavador de gases son el lavado, la absorción, la separación y la recuperación de gases. El objetivo es siempre neutralizar los efluentes que no deben pasar a incorporarse a la atmósfera.
El líquido que sirve para el procedimiento de lavar varía en función de los contaminantes que se deseen eliminar; puede tratarse de agua, aceite, una solución alcalina o una solución alcalina con hipoclorito. Los lavadores de gases son capaces de procesar caudales de gases contaminados que pueden ir desde los 0,05 m3 /h hasta los 100.000 m3 /h.
El lavador puede ser automatizado, lo que facilita el tener controladas todas las variables del proceso, como la concentración de los gases en la entrada y salida, la eficiencia, la temperatura, la presión y sus variaciones o la saturación de las soluciones neutralizantes.
– Ventajas –
- Soporta altas temperaturas de los gases debido a la alta resistencia del PP. En circunstancias normales es capaz de aguantar temperaturas que pueden llegar a los 1.300 °C e incluso superiores si se procede a efectuar un pre-enfriamiento.
- Las características del PP hacen que sea resistente a la corrosión y al efecto de los más diversos productos químicos.
- Larga vida útil. Las estimaciones están alrededor de las dos décadas de pleno funcionamiento, aunque puede superar de forma holgada esa cantidad de años.
- No requiere más que mantenimiento mínimo, por lo que su uso no implica gastos ni un incremento del presupuesto que ya se dedicó a su compra e instalación.
- Ofrece un rendimiento constante a pesar de que vayamos introduciendo de forma progresiva gases de diferente concentración en el lavador.
- Su uso no obliga al empleo de un ventilador o de un liberador de gases de escape.
- Es silencioso y no genera vibraciones, lo que mejora la calidad del entorno de trabajo en lugares en los que el lavador de gases se encuentra cercano a otros equipamientos industriales. Muchos lavadores de gases no superan la barrera de los 70 decibelios a pleno funcionamiento.
- No se necesita un gran espacio para su instalación, ya que no presenta grandes dimensiones a pesar de sus prestaciones.