La impermeabilización de una piscina permite evitar grietas y fugas provocadas por el paso del tiempo. Las láminas de policloruro de vinilo (PVC) ofrecen una gran solución, ya que este termoplástico tiene excelente resistencia a la intemperie, una alta flexibilidad, soporta el impacto de los rayos UV y aguanta bien el ataque de bacterias y químicos. Por sus propiedades facilita mucho, además, la labor de la soldadura.
Al igual que son empleadas para revestir depósitos y cubrir túneles o terrazas, las láminas de PVC tienen un uso habitual para impermeabilizar piscinas, a las que pueden además dotar de una estética limpia y moderna. También se denomina a este procedimiento impermeabilización con membrana Liner.
A diferencia de los revestimientos con gresite o pintura especial para piscinas, las láminas de PVC quedan perfectamente encajadas dentro del vaso, ya que se hacen a medida. No obligan, tampoco, al vaciado de la pileta para efectuar reparaciones periódicas, ya que su resistencia es mucha incluso en el caso de asentamientos posteriores.
Tras su instalación, la piscina se puede rellenar de agua sin necesitar un tiempo de espera, y la instalación es rápida en comparación con la instalación de otros revestimientos. El recubrimiento de PVC es muy empleado para piscinas al aire libre, en las que el termómetro puede descender por debajo de los cero grados, y se puede aplicar en cualquier tipo de superficie, ya sea hormigón, acero, poliéster, pinturas, etc… Asegura un cierre hidráulico total, también en el caso de que en la estructura se produzcan grietas.
1. Vaciamos la piscina para poder trabajar en ella y cambiamos accesorios como los focos, las boquillas de impulsión, el sumidero o la toma de limpiafondos. De este modo es posible garantizar un cierre estanco.
2. Sin necesidad de quitar el gresite anterior o el material anterior, colocamos en todo el perímetro de la piscina una membrana o tela geotextil que, gracias a su espesor, por una parte servirá para ‘cuidar’ la membrana de PVC y, por otro, evitará que se reflejen las anomalías del material que hubiera antes en el fondo y las paredes de la pileta. Siempre se instala desde la parte alta de las paredes hasta el suelo, y con un cúter se van cortando las salidas de luz si las hubiera, así como las salidas de drenaje y la boca de succión.
3. También de arriba a abajo, se instala la membrana de PVC, ya sea de forma manual o automática. Primero se coloca en las paredes, doblando hacia el suelo unos 15 centímetros. Después se impermeabiliza el suelo, poniendo la lámina por encima de la que dobla de la pared. Así se impide que se noten las juntas de la soldadura. Las uniones de las láminas de las paredes deben hacerse siempre en las esquinas. Las láminas de PVC se sueldan en el suelo superponiendo los bordes de las láminas.
– En el caso de realizar la soldadura de forma manual, solo será necesario contar con un soldador, una tobera y un rodillo.
– Para una soldadura con máquina automática, elegiremos aquella herramienta que más nos interese comparando velocidades y otras prestaciones. Este sistema de unión tiene la ventaja de ser más rápido, más cómodo para el operario y ofrecer una enorme calidad que no depende ya tanto de la destreza del operario, ya que la presión y la velocidad que se ejercen vienen determinadas por la máquina
4. Es posible reforzar las esquinas o recodos de acceso más difícil con silicona, como en el caso de piscinas con diseños especiales. Para las escaleras de acceso se emplea una membrana de PVC con antideslizante, para evitar caídas provocadas por la presencia de agua en el suelo.
5. Se colocan focos, las boquillas de impulsión, sumidero y otros accesorios.
6. Debajo de la piedra de coronación se aplica un cordón de masilla de poliuretano con el fin de impedir que el agua se filtre entre las láminas de PVC y la estructura de la piscina en caso de que se desborde el agua.
7. Tras limpiar el fondo y realizar un control de calidad, se procede al llenado de agua de la piscina y a su puesta a punto.
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