El PVC es uno de los plásticos de uso más extendido en nuestra sociedad. Sus características permiten que este material sea utilizado para múltiples aplicaciones. Quizás las más conocidas sean la impermeabilización de cubiertas y la construcción de toldos de todo tipo. En ambos casos, el PVC es utilizado para la fabricación de componentes que normalmente estarán expuestos a la acción de los agentes externos, sobre todo los agentes meteorológicos. Es por eso que el proceso de soldadura debe ser realizado de la forma más precisa posible, para que en el futuro no se produzca ningún desperfecto en las cubiertas o toldos.

A continuación vamos a realizar un repaso práctico del soldador PVC en procesos de soldadura de láminas de PVC.

Buenas prácticas y consejos para el uso de un soldador PVC

Para llevar a cabo esta operación necesitaremos en primer lugar un soldador PVC manual RION, una tobera plana de 40 mm y un rodillo de apriete de silicona de 40 mm también. Este es el equipo mínimo necesario para la soldadura PVC. Podrían utilizarse más modelos de toberas para completar el equipo. Por supuesto, no deben olvidarse las consideraciones respectivas a la prevención de riesgos. Si tienes dudas, puedes consultar en nuestro blog, donde hemos escrito varios artículos al respecto.

¿Cómo se realiza el proceso de soldadura?

El proceso de soldadura es a priori sencillo y siguiendo las indicaciones que expondremos a continuación puede realizarse sin problemas. Importante la precisión para este tipo de trabajos.

El primer paso consistiría en solapar las dos láminas de PVC que queremos unir. Dicho solapado será de unos 45 mm aproximadamente, lo que nos proporcionará un margen suficiente para que la unión sea estable.

El siguiente paso es realizar un primer fijado de las dos láminas con el soldador PVC. En dos puntos rápidos para evitar que se separen ambas partes del conjunto. Utilizando el rodillo para presionar, iremos desplazando el soldador hasta llegar al punto final de la soldadura. No dejes de presionar con el rodillo durante el proceso. Esto ayudará a que la unión sea uniforme y estable. La determinación de la velocidad de soldadura será determinada por el propio operario al marcar el nivel de temperatura del soldador PVC. De este modo, la velocidad no puede ser ni muy lenta –ya que la lámina se quemaría- ni muy rápida –ya que la unión no sería estable y no conseguiríamos un buen resultado.

Si vemos que estamos quemando la lámina debemos subir la velocidad o bien bajar la temperatura. En el caso contrario, si vemos que las láminas no se están soldando correctamente, la solución será bajar la velocidad o subir la temperatura. Durante el proceso se puede controlar dichos factores y adecuarlos para que el resultado sea el mejor posible.

A partir de ahí, es vital mantener las premisas básicas de la soldadura: soldar materiales afines, conseguir la temperatura y presión correctas y mantener una velocidad acorde a las mismas. Es así como la unión de las láminas de PVC se hará de forma estable y sin irregularidades, garantizando que el resultado se acorde a las características y prestaciones esperadas.

Para más información sobre el uso de soldador PVC, consulta nuestro blog.

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