El policloruro de vinilo (PVC) se consigue con la polimerización del monómero de cloruro de vinilo. Se trata del derivado del plástico con más utilidades. Puede ser flexible, como el que se emplea para juguetes, pavimentos o cables, o rígido, como en el caso de envases y tuberías.
Precisamente en este campo, el de las conducciones, el PVC vivió a comienzos del siglo XX sus primeros años de popularidad. Para que empezara a difundirse este uso, las principales razones fueron la sencillez de su instalación –en especial, comparando con las tuberías de hierro– y su bajo coste, además de la durabilidad que empezaba a comprobarse que tenía. Hoy en día se trata de un material común, utilizado con demostrado éxito para el suministro de agua de riego o para el consumo humano, y la evacuación de aguas residuales.
El rigor, hay que atribuir al físico y químico francés Henri Victor Regnault el descubrimiento del cloruro de vinilo, en 1835. De forma accidental, por su exposición al sol, descubrió el policloruro de vinilo. Sería en 1912 cuando el químico alemán Fritz Klatte diseñara el proceso de producción del PVC, aunque para llegar a su comercialización habría que esperar hasta los años veinte del pasado siglo.
– Se empezó a comercializar a partir de los años veinte –
Alemania, en 1936, fue el primer país del mundo en el que se instalaron tuberías de PVC para el suministro de agua potable en las casas. La industria alemana, con el conglomerado de empresas IG Farbenindustrie AG a la cabeza, y la estadounidense, con B.F. Goodrich y General Electric, eran las más avanzadas y al mismo tiempo las pioneras en el uso del PVC en el mundo.
A finales de los años 30 se extendió la comercialización de este material, aunque sus usos eran todavía restringidos y lo serían hasta los años 50, cuando Estados Unidos comienza a aprovechar las ventajas de las tuberías de PVC. En los años de bonanza económica posteriores a la Segunda Guerra Mundial, un gran porcentaje de las nuevas viviendas que se construyen equipan este tipo de conducciones, muchas de las cuáles siguen hoy en perfecto estado y funcionamiento.
El éxito del producto fue tal varias empresas comenzaron a competir por un mercado cada vez más amplio. Conscientes de la potencialidad del PVC, cada empresa dedicaba una parte de sus recursos a sus departamentos de investigación, y el resultado fue que, en poco tiempo, se consiguieron nuevos tipos de plásticos flexibles
– El PVC, se consolido como el sustituto del hierro en tuberías por todo el mundo –
De ahí hasta los años 80, el PVC vivió una enorme difusión en todo tipo de productos del hogar, instrumental médico, protección de cables, mangueras, envases o juguetes, y también aumentó su presencia en canales de riego y otras conducciones de agua. Su escaso riesgo de fisura, su durabilidad, la alta resistencia a la presión del agua, a golpes y a la corrosión, fueron convenciendo, poco a poco, a los escépticos que defendían el empleo de las tradicionales tuberías de hierro.
En los últimos 30 años el PVC se ha consolidado como un material completamente fiable e inocuo, y la gran mayoría del que se fabrica se utiliza para la construcción de tuberías de alcantarillado, conducciones de aguas residuales, riego y agua potable. La investigación, además, ha logrado diversificar las tuberías de PVC en diámetros diversos y ha llevado al mercado el cloruro de polivinilo clorado (CPVC), capaz de soportar elevadas temperaturas.
– El PVC, el más utilizado en Europa y gran parte del mundo –
En comparación con otros plásticos, el PVC es, además, el más ecológico, ya que es el que menos depende del petróleo. Se estima que solo el 0,5% del consumo total de crudo en el mundo está destinado a la fabricación de este material. Hoy en día se trata del plástico de mayor consumo en Europa y también en España.
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