Las geomembranas son una solución efectiva, con un uso cada vez más difundido, en aplicaciones sanitarias, medioambientales y de minería. Podemos englobarlas dentro del grupo de los productos geosintéticos, compartiendo ‘familia’ con geomallas, geotextiles y geodrenes, e incluso geodiques y mantos de control de erosión.
Para diferenciarlas, recordamos que las geomallas se aplican como refuerzo de suelos, estabilización de taludes, terraplenes armados o en el refuerzo de suelos blandos.
Los geotextiles, con muchas aplicaciones, se emplean para estabilizar, reforzar, drenar y filtrar suelos en aplicaciones de construcción. Por último, los geodrenes se usan para filtrar fluidos que después se drenan a una ubicación que no afecte a la obra. Se emplean para proteger muros perimetrales, para túneles o para el drenaje vertical en muros de contención.
En función del material del que estén compuestas, diferenciamos varios tipos de geomembranas:
Geomembrana de Policloruro de Vinilo (PVC)
El PVC, por sus características físicas, químicas y mecánicas, es efectivo para el aislamiento, y sus ventajas son apreciadas para impermeabilizar embalses, canales o azoteas. Pueden estar reforzadas con mallas de poliéster o fibra de vidrio, en función del uso para el que estén destinadas, y presentarse homogéneas. Su unión más frecuente es por termofusión.
Geomembrana de Polipropileno (PP)
La baja densidad, el índice de corrugación en su instalación y la baja dilatación térmica convierten al PP en un termoplástico idóneo para impermeabilizaciones.
Pero es la flexibilidad, una de sus características más destacadas, lo que lo hace idóneo para diferentes superficies, puesto que puede adaptarse a geometrías variables.
Su flexibilidad no se pierde con el paso del tiempo. También es apreciada su resistencia a las altas temperaturas, lo que hace que industrias como la del azúcar y el alcohol la empleen con asiduidad.
La resistencia química es, también, clave para algunos sectores específicos. Es común su uso en depósitos de agua con cubierta flotante, en lagos artificiales y en otros elementos decorativos.
Geomembrana de Polipropileno Reforzado
Fabricada con la intervención de un copolímero de PP, resistente a los rayos UV. Tiene alta resistencia a la tensión y al punzonamiento. A diferencia de otros materiales, no cuenta con plastificantes poliméricos en su composición, por lo que éstos no se desprenden con el paso del tiempo ni eso provoca roturas en la membrana.
Se emplea para aplicaciones que van a permanecer enterradas o expuestas durante un periodo de vida útil prolongado.
Geomembrana de Polietileno (PE)
Las geomembranas de PE ofrecen gran resistencia a la intemperie, agentes químicos y el efecto de los rayos ultravioleta (UV). Su bajo coste y su sencilla instalación lo convierten en muy indicado para impermeabilizar obras civiles y mineras.
Este tipo de geomembrana puede utilizar, cuando es necesario, otras variaciones como polietileno de alta densidad (PEAD), polietileno de baja densidad (PEBD), polietileno texturado y membranas especiales.
Geomembrana de Caucho de Etileno Propileno Dieno (EPDM)
Este material, que suele someterse a un proceso de calandrado y vulcanización, ofrece una notable resistencia a la intemperie, tiene alta estabilidad y tiene gran resistencia a la radiación ultravioleta. Puede estar en contacto con el agua, porque es inmune frente a ataques de microbios y algas. Su fácil instalación juega a su favor.
Geomembrana de Polietileno fortificada
Se trata de un tipo de geomembrana que combina las ventajas que ofrecen las resinas de PEAD y PEB, pero que cuenta, además, con resistencia a los rayos ultravioleta para soportar la exposición al efecto del sol.
También se consigue, durante su fabricación, que adquiera características antioxidantes.