El polietileno (PE) es un elemento central en el mundo actual de las canalizaciones. Desde que se descubrieron sus ventajas, se ha vivido un paso de gigante en la distribución de agua potable, el transporte de aguas residuales o de aguas de riego, la electricidad, el gas, la telefonía, etc… Algunos usos de las tuberías de PE son el drenaje, la protección de conducciones de calefacción o la refrigeración de líneas eléctricas. También como conductos y subconductos para telecomunicaciones y parala instalación sin apertura de zanja (NO-DIG).
Vamos a fijarnos en otros usos, también de enorme divulgación e importancia:
– Tuberías para agua potable. El polietileno (PE) es el material predominante en este uso. Las canalizaciones de este material se usan para redes de distribución, acometidas y conducciones subacuáticas bajo tierra. El interior liso impide la pérdida de carga por rozamiento, que apenas se da, evita la congelación e impide también la formación de incrustaciones. Además, soportan el golpe de ariete por su flexibilidad.
– Tuberías para gas. La industria gasista emplea tuberías de PE en canalizaciones enterradas de distribución de combustibles gaseosos hasta 10 bares. La baja polaridad de este material hace que sea inerte ante el agua, muy resistente a los agentes químicos, soluciones salinas, corrosión o ácidos inorgánicos no oxidantes. Admite tecnologías sin zanja NO-DIG e interrupción del gas por pinzado.
– Tuberías para aspersión, micoirrigación por goteo y microaspersión. En poco tiempo es posible montar un sistema de riego empleando este tipo de tuberías, que permite acoplamientos rápidos y transportar agua con fertilizantes. Además tienen un peso reducido y, por lo tanto, requieren pocos operarios para el transporte y tendido.
– Tuberías para el transporte de sólidos. Evitan desgastes por abrasión y corrosión que provocarían interrupciones y reparaciones costosas. Son útiles para trasladar minerales, arena y grava en yacimientos, lodo de caolín, derivados de remolachas azucareras, etc…
– Tuberías para conducción de aguas regeneradas. Son muy útiles para transportar el agua de la lluvia, que debe pasar por la depuradora antes de ser usada para riego debido a que arrastra residuos y metales pesados. También se emplean para enviar a la depuradora aguas usadas que proceden de hogares, comercios o industrias.
– Tuberías de presión para aguas residuales. Con ellas se sortea la dificultad que supone el transporte de este agua desde la estación depuradora hasta zonas poco edificadas o lejanas, como pueden ser urbanizaciones o pueblos. Al ser muy flexibles pueden adaptarse bien al terreno, y además resisten bien a la corrosión.
– Conducciones subacuáticas. Facilitan la ejecución y el fondeo de tramos largos de tuberías. Debido a su flexibilidad permiten atravesar lagos, ríos, canales o brazos de mar. Permiten el transporte de los más variados tipos de fluidos y, al poder trabajar con tramos largos de tuberías, que se instalan en zanjas, se reducen de forma considerable el número de operaciones de fondeo, lo que abarata la instalación.
– Tubos corrugados para la protección de cables. Se trata de tuberías de doble pared. La pared interior es lisa y la exterior corrugada. Tienen una alta resistencia al impacto, incluso a bajas temperaturas, y una elevada resistencia al punzonamiento, esfuerzo producido por tracciones en una pieza.
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