España está a la cabeza en el mundo en cuanto a la reutilización del agua de riego. De acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, en el país la superficie de cultivo regada crece, pero se aprecia una tendencia estable a la baja en el volumen de agua de riego que emplea el sector agrario. Un síntoma de eficiencia, de la que son en buena parte responsables los métodos de irrigación, en muchos casos pioneros y de la utilización de materiales plásticos para canalización.
De hecho, a pesar de la mayor superficie de cultivo, el uso del agua en el sector agrario baja de los 17.681 hectómetros cúbicos que se empleaban en el año 1999, a los 15.833 que ya se empleaban en los campos en 2012.
Los sistemas de microirrigación se caracterizan por tener una emisión de agua constante, para que el nivel de humedad del suelo se mantenga igual y también esté equilibrada la nutrición hídrica de los cultivos. Con este sistema, el agua circula por tuberías de plástico que se sitúan a lo largo de las hileras de los cultivos y llega directamente a la zona de las raíces, sin la posibilidad de desaprovechar el agua. Gracias a una fuente de agua y a una bomba que lo impulse con presión, ésta saldrá de las terminales.
Esas tuberías aprovechan las numerosas ventajas del polietileno (PE) y su variantes, como el polietileno de alta densidad (HDPE) para trasladar el agua con todas las garantías. Se trata de un material inerte, flexible, con bajo factor de fricción y baja conductibilidad eléctrica. Su vida útil se estima en unos 50 años y se puede soldar tanto a tope, como por electrofusión o con accesorios.
La forma más sencilla de realizar estos sistemas de tuberías, es soldando a socket de forma manual ( ya que los pequeños tamaños lo permiten) hasta conseguir el largo de tubería que te interese.
De las 27,680 miles de hectáreas (ha) que España, uno de los país de mayor superficie de la parte oeste de Europa, tiene bajo producción agrícola, 3,818 están bajo tierra irrigada. Nada menos que el 85% del área de cultivo nacional tiene como fuente de agua, directamente, las lluvias, y con datos de 2010, el 20,36% del total de la tierra cultivada en el país se irrigó en 2010. El riego localizado, más eficiente y con demandas de agua muy contenidas, crece cada año en detrimento de la superficie que se riega por gravedad, con un mayor consumo y una perdida de eficiencia.
Dentro de este porcentaje, el método más empleado es la irrigación por goteo, que se emplea en el 43% de la superficie (1,628.7 hectáreas). El 19% de la superficie cultivada se riega por el sistema de aspersores (732.9 hectáreas) y para el 38% restante se emplean otros métodos.
Las Comunidades Autónomas con más superficie regada son Andalucía (29,26%), Castilla La Mancha (13,93%), Castilla y León (11,82%) y Aragón (10,94%). En el periodo que va de 2011 a 2016, el mercado del riego por aspersión ha pasado de generar 18 millones de dólares ha generar 57,4, un aumento considerable que es aún mayor en el caso del riego por goteo. El mercado de este último generaba unos ingresos de 40 millones de dólares, para pasar a 46,5 en 2010, 54,1 en 2011 y tener una proyección de 109,6 en 2016.
Fijándonos en el caso de España, los datos son claros. En total, el mercado de irrigación de España tenía un valor de 67,5 millones de dólares en 2010 y las estimaciones señalan que, en 2016, ese valor pase a ser de 167 millones de dólares, un crecimiento del 247%. También los datos de crecimiento del área de cultivo irrigada en España arrojan datos de enorme crecimiento, ya que si en 2010 el área total fue de 2,031 miles de hectáreas, las estimaciones para el año 2016 son que en llegue hasta las 4,777.9 miles de hectáreas. Una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 15,8%.
En cuanto al tipo de cultivos, en datos de 2014 los cereales son los que ocupan en mayor porcentaje las superficies de regadío, con 1.002.740 ha, un 27,81% del total de la superficie regada. El olivar ocupa la segunda posición, con 740.511 ha (20,54 %). El viñedo es el tercero en discordia, con 352.343 ha (9,77%), al que siguen los cítricos con 279.883 ha (7,76%) y los frutales no cítricos, con 271.711 ha, (7,54%).
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