La poliolefina retráctil (POF) encuentra muchas aplicaciones dentro del mundo de la alimentación, como el envasado de carnes, precocinados, verduras, huevos, frutas y bollería, entre otros. También es útil dentro de las artes gráficas, puesto que facilita el almacenamiento y la distribución de material de oficina y de publicaciones como revistas o libros. Su empleo es común también para agrupar productos y accesorios, lo que ayuda a mejorar su almacenaje y facilita las ventas. Para saber por qué la poliolefina retráctil forma parte de nuestra vida diaria, pondremos el foco en exponer sus orígenes, sus aplicaciones y sus ventajas.
La (POF) no es otra cosa que un polímero con unas especificaciones y características que varían en función del fin para el que han sido construidas. Se trata de los plásticos más comunes y los más económicos del mercado. Se emplean para el embalaje, puesto que recubren el producto como si se tratara de una segunda piel y, además, lo protegen de la suciedad, de la humedad y del polvo.
En la industria, es útil para enfardar cargas paletizadas y para empaquetar. Además de sus funciones de conservación, permite, en el caso de materiales semilíquidos, que no se produzcan fugas. Otra de las ventajas de la poliolefina retráctil es que es flexible y ligera, y además soporta las vibraciones y los desgarrones. También es fácilmente soldable.
PRESENTACIÓN
El plástico retráctil suele presentarse en forma de rollo, aunque a veces llega envuelto en un estuche o en una funda, sobre todo si su uso va a ser doméstico para envolver alimentos perecederos. Se fabrica en infinidad de longitudes, grosores y dimensiones, por lo que se adapta a la necesidad para la que haya sido fabricado.
Aunque suele suministrarse en un color transparente estándar, se fabrica también en gran número de colores, incluso cuando se destina a empaquetar productos comerciales se pueden incluir en él varias pinturas y logotipos de las marcas correspondientes de forma personalizable.
¿DÓNDE SE PUEDE ENCONTRAR?
- En cualquier tipo de establecimiento dedicado a la venta de alimentos, tanto frescos como congelados.
- En centros logísticos y departamentos de distribución, ya sean de pequeño tamaño o de grandes dimensiones.
- En la agricultura, en cajas, baúles de almacenamiento y tanques de agua, así como en accesorios para el equipamiento agrícola, conos de irrigación y otros sistemas de riego.
- En comercios, para proteger los productos a la venta de daños y suciedad sin que éstos dejen de estar visibles para el público.
- En aeropuertos, en los que se emplea para proteger las maletas sin añadirle peso.
Una aplicación poco conocida por el gran público es la de retractilar una embarcación que no va a ser usada durante un largo periodo de tiempo. Incluso sin necesidad de extraerlo del agua, el barco se ve envuelto en este material, que se adapta a su forma y lo protege del efecto de todo tipo de circunstancias climatológicas adversas. También protege de los graves daños que ocasionan los excrementos de las gaviotas y evita que se forme suciedad y polvo.
MÁQUINAS Y PISTOLAS DE RETRACTILAR
El envoltorio de cargas y de pallets en poliolefinas retráctiles obliga al uso de accesorios específicos. Con los soplantes y calentadores industriales se puede envolver de forma eficiente y rápida cualquier tipo de producto. Se emplean tanto como las dispensadoras de film o las mesas de embalaje y corte.
Otro accesorio común son las pistolas de retractilar. Las que más se emplean son las que funcionan a gas propano o butano. Éstas generan una llama que calienta los films y los retractila.
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