La reparación de tuberías puede suponer un gran quebradero de cabeza cuando la canalización se encuentra en un entorno urbano. Entre sus principales consecuencias indirectas está que obliga al corte de servicios básicos y provoca graves molestias, como el cierre de calles y la aparición atascos en las calles adyacentes.

Para paliar estos efectos indeseados, la industria ha perfeccionado las llamadas técnicas NO-DIG (o trenchless), una manera de reparar canalizaciones sin necesidad de abrir una zanja.

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De entre las varias técnicas de este tipo que existen, como el ‘relining’ o el ‘pipe-bursting’, hoy vamos a contarte lo más importante sobre la renovación de tuberías con la técnica close-fit, conocida también como sistema de entubado ajustado.

¿Cuándo surgió?

En primer lugar hay que decir que este procedimiento se llevó a cabo por primera vez en Inglaterra en los años 90 del siglo pasado.

Hoy en día se emplea en muchos tipos de canalizaciones, como aquellas que se utilizan para transportar agua en el mundo de la industria y la minería, y también el caso del gas o, por supuesto, para el agua potable y el saneamiento.

¿En qué consiste?

La técnica close-fit es una renovación de tuberías de redes urbanas gracias a la tecnología sin zanja con una nueva conducción de polietileno de alta densidad (PEAD). El diámetro exterior de la tubería estará ajustado por completo a la tubería que se tiene intención de renovar.

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Una de las mayores ventajas que ofrece frente a otras técnicas de renovación es que no hace obligatorio rellenar el espacio anular entre ambas conducciones.

¿Cómo se realiza?

La técnica se basa en el uso de un cabestrante de tiro que cuenta en la punta con un equipo de reducción. La nueva tubería se une a ese cabestrante y se desplaza por la parte interna de la tubería antigua hasta que llega hasta el punto final de la conducción.

A continuación el cabestrante se libera junto al equipo de reducción de la punta y ésta vuelve a su posición de comienzo, de manera que queda fielmente ajustada a la anterior tubería.

Durante la instalación, la tubería se fuerza gracias a la tracción a través de un aro de reducción. Con esto se consigue rebajar el diámetro en un 10%. Mientras se mantiene el esfuerzo de tracción que provoca el cabrestante de tiro, se mantiene constante la reducción.

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¿Qué ventajas ofrece?

  • El transporte e instalación es mucho más sencillo que en otros casos, puesto que la nueva tubería presenta forma de U, lo que reduce su sección en cerca de un 40%.
  • La técnica soporta bien la alta presión, mejora el flujo de la conducción y es aplicable a tuberías de agua que cuentan con un gran diámetro.
  • La técnica se puede aplicar en tramos largos, para diámetros desde 150 mm hasta 1.000 mm., o cortos.
  • La nueva tubería plástica soporta la corrosión y tiene un vida útil estimada en más de 50 años.
  • El nuevo tubo puede ser de revestimiento o de tipo estructural o semiestructural.

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